Despues de mucho, mucho tiempo...

Aun no creia donde estaba. Mi vieja escuela. Tal y como la recordaba, tan grande y colosal como siempre. Habian pasado... dos años. Dos años! aun no lo podia creer. Ya habia crecido y no reconocia ninguna cara de las que veia. Camine durante varios minutos hasta entrar en el jardin interior. Aun lo recordaba. Muchos recuerdos tenia de ese lugar. Los paseos que hice, la gente que conoci, todo... Todo perdido por unos malditos cazadores que me habian obligado a irme luego de los incidentes de aquel tragico año. No tenia mas opcion.

Ahora me encontraba solo. Frente a un bello atardecer sentado en una banca. "Mi" banca. Suspire con cierto aire de nostalgia mientras apoyaba mi mano sobre una de mis viejas armas. Eran mis unicas compañeras que habia podido mantener durante gran parte de mi vida. Suspire de vuelta. Aun me recordaba de peqeño con mi familia en mi vieja Alemania.

En cierto momento tenia que olvidar el pasado. No podia vivir con el y solo recordarlo me haria mal, lo sabia.

Ya habia notado una presencia acercarse a mi, pero no la habia reconocido. Al ser mas humano que vampiro mis poderes no se comparaban en absoluto a los de ellos. Sin embargo esa voz...
-Perdone señorito, pero... El jardín interior es solo para los estudiantes.-aquella voz que hacia años que no escuchaba. Me parecia tan dulce que pensaba que era un sueño. Me levante rapidamente y me gire.

Era Nanatsu. Si, era ella pero... estaba cambiada. En esos momentos me sonroje levemente al verla. Habia crecido, en varios sentidos. Tenia el cabello largo y atado, haciendole notar mas esos hermosos ojos rojos. Me acerque lentamente sin creerlo aun. La mirede de pies a cabeza y le sonrei.

-Es que estoy esperando a una damicela... -le dije en tono burlon. Uno q no habia usado desde mucho tiempo. Me acerque mas a ella.
-Nanatsu... tanto tiempo... -realmente no tenia idea que decir. Era como si las palabras no me salieran de la boca.

Una suave brisa invadio el ambiente y, junto con el sol desendiendo y rosandonos con sus ultimos rayos naranjuscos, hacian de un hermoso momento. No se oia nada, solo el chocar de las hojas unas con otras y nuestros corazones.

La vi corriendo y no podia creerlo. No podia creer que no hubiera hecho nada. Cuando por fin reaccione me estaba sacando la lengua. Le spnrei y sali corriendo detras de ella. Realmente habia pasado muco tiempo y eso me pesaba. Pero... ahora ya todo habia cambiado. Tenia otra oportunidad. Una que no iba a desaprovechar. Llegamos adentro y me quede mirandola a solo centimetros de ella. Cuando me di centa de eso desvie la mirada algo sonrojado.

-Creo que aun extraño hablar contigo... -volvi a mirarla y me estaba sonriendo. Esa sonrisa suya, tan... inocente, por decirlo asi me daban ganas de... de... besarla. Abri los ojos al descubrir mis pensamientos. Realmente queria besarla.

Cuando me di cuenta de que me miraba raro por mi expresion sacudi mi cabeza con mis,ahora, largos cabellos. Tenia pensado cortarmelo como antes pero me gustaba asi. En ese momento una peqeña brisa fresca nos alcanzo y ella al sentir frio. Le sonrei.

-Ten... antes de que te resfries, como siempre... -le puse mi campera que tenia en mi brazo. Aun recordaba todos esos felices momentos que habiamos vivido juntos. Al ponerle mi abrigo pude sentir su sedoso cabello sobre mi cara. Estaba a punto de abrazarla por detras pero al ultimo momento me di cuenta de eso y me controle. Lo peor es que creo que ella se habia dado cuenta y ambos estabamos un poco sonrojados.

-Cuentame que ha sido de ti durante... estos dos largos años, Nanatsu... -empeze la conversacion a la vez que caminabamos por los enormes y largos pasillos de la esucela. Extrañaba esos molestos ruidos que hacia uno mismo al caminar por los solitarios pasillos de marmol. Ya se hacia de noche y les tocaba a los vampiroz las horas de clase. Empezamos a ver algunos y la cantidad fue aumentando. Casi todos nos miraban, bueno mas bien a Nanatsu y no entendia por que. Debia ser que les extrañaba verla con un extraño.

Creo que me sonroje mas que ella al pedirme que nunca me fuera. No sabia lo que eso significara y realmente qeria saberlo. Queria agarrarla de los brazos y besarla como jamas lo hice con nadie. Pero no podia, mi cierta timides y mi antigua amistad con ella me impedian hacerlo, lo cual me enfurecia por dentro. Solo pude asentir peqeñamente con la cabeza cuando de repente veo al director que se dirigia de frente a nosotros.

A penas pude cerrar los ojos cuando lo veia en un choque directo cuando note que Nanatsu se caia. Abri los ojos rapidamente y la sostuve entre mis brazos mientras seguia con la mirada al director que me saludaba. No habia cambiado mucho, siempre se veia igual. Pero no me entretuve nada con eso, en seguida volvi mi vista a Nanatsu.

La tenia entre mis brazos y no lograba creerlo. Su sedoso cabello, el tibio calor de su cuerpo, los latidos de su corazon. Todo eso me hacia creer que era un sueño. Estaba mas que rojo mientras unas chicas pasaban por nuestro lado sin poder creer lo que veian. Sin notarlo, la habia abrazado con fuerza y al darme cuenta de eso la ayude a acomodarse. Tenia la mirada baja de lo sonrojada que estaba. Sabia que si no era este mi momento nunca lo seria.

Me acerque aun mas a ella y con mi mano le levante el menton suavemente y la mire fijamente a esos hermosos ojos rojos.
-Vine aqui para quedarme y para... para estar contigo... -le susurre mientras cerraba mis ojos y rosaba sus hermosos labios dandole un dulce y largo beso. Esa sensacion. No recordaba haberla sentido nunca antes. Queria que esa escena quedara en el tiempo y que el dia nunca terminara. Esperaba ser feliz de vuelta y quedarme en lo que fue mi hogar mas que otro lugar.

-Eres preciosa... -le susurre con una peqeña sonrisa luego del beso mientras le acariciaba su largo cabello. Ella me sonrio y en ese momento me di cuenta que estabamos siendo observados por una cantida rasonable de alumnos. Ambos miramos para todos lados al ver la concurrensia y nos pusimos todos rojos. Me acerque a ella.
-Creo q es mejor que nos vayamos a otro lugar... -le dije entre una peqeña risa. Realmente extrañaba tanta gente y ser feliz.

Incluso para mi paso todo demasiado rapido. La gente ya se habia congregado y murmuraba entre ellos. Como si tampoco hubieramos roto alguna regla o algo. Bueno, al menos eso esperaba. Sabia que no habia tenido un muy buen regreso. Pero Nanatsu habia valido todo y valdria cualqier cosa.

Oi murmurale un nombre que enseguida reconoci. Akatsuki. Tanto recuerdos y pensamientos pasaban por mi mente mientras lo observaba entrando entre la gente. Seguia teniendo esa misma mirada de siempre. Pero ya no me engañaba mas. Habia vivido muchas cosas en esos dos años como para no darme cuenta qe debajo de esa mirada serena y tranquila habia algo mas. No habia cambiado mucho. Era un poco mas alto y esbelto y apenas un poco mas largo el cabello.
-Akatsuki... -susurre mientras daba un paso atras para agarrar la mano de Nanatsu e irnos de ahi. En ese momento me di cuenta de que ya no estaba al lado mio. Gire rapidamente mi cabeza pensando que era un estupido al perderla de vista.

Ella estaba sentada en el piso, apoyada en la pared mirando hacia abajo. La gente murmuraba mas fuerte ahora y se acercaba mas, como si fuera a haber una pelea. No me importaba nada, solo Nanatsu. Corri hacia ella cuando oi sus palabras.
-Yo... Te amo Tsukune.-apenas susurro pero logre oirlo, y creo que no fui el unico. Las personas mas cercanas a ella se dieron vuelta al escuchar sus palabras. En cambio yo... yo... estaba paralisado en medio de todo. No podia creer lo que estaba escuchando. Esa frase resono en mi cabeza durante unos instantes pero esta vez la situacion no ameritaba a quedarme quito. Sacudi mi cabeza y corri de vuelta hacia ella. Me qede de cuclillas y la agarre entre mis brazos. Parecia desvanecida. Mire a mi alrededor entre toda la gente. Aun tenia que recordar dond estaban las habitaciones.

Dos segundos despues ya estaba corriendo con ella en mis brazos por los pasillos mientras los pocos vampiros que faltaban entrar a clases nos miraban pasar como si estuvieramos locos. Mientras recorriamos los pasillos mire a ver como estabas. Ella me miraba con una sonrisa. Cuando estabamos entrando a las habitaciones le preguntaba mientras seguiamos corriendo.
-Aun duermes en la misma habitacion...? -apenas susurre y ella asintio con la cabeza.
Llegamos a su cuarto y la ayude a levantarse y ponerse en pie.
-Nanatsu, yo... yo tambien te amo... -esas palabras salieron del corazon, nunca crei que las iba a decir, pero alli estaban. Ella me miro perpleja y yo le sonrei algo avergonzado.